miércoles, 30 de abril de 2008

partitura del miserere del chirimiri.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Querida y disoluta joven:

¡De qué modo tan ineludible la entiendo!

Ese fervor cuántico-místico por la iconografía carpetovetónica de la carne y y los hombres/paladines de lo valetudinario.

¿Nos hacemos... unas chuletas?

Ósculos, almibarada joven.