huele a sangre frita la cocina que custodian.
con todas la galas de felpa puestas
juegan a cartas de canto mordido
-amarillos los dedos, la baraja y la bilis-,
rumian gordos sentimientos de domingo siempre.
ay, ay, tan lejos se nos marcha
y no vuelve a los convites
de carne mechada al horno
y patés en pan cuadrado.
rabian las gallinas entre sus heces
y las antenas de telefonía móvil,
chirrían los muelles de sus pocas camas
y todo el viento se acumula en la chimenea sucia
levantando un palmo del suelo la ceniza.
unas palomitas de microondas,
unas pastillas para no morirse.
vamos a escribirle un mensaje
aunque sea de plantilla te-extraño,
no-te-olvido y unos puntos suspensivos
y qué gracioso aquel anuncio
y qué de menos que te echo
(que te echamos)
¿no vienes tampoco este año?
miércoles, 4 de noviembre de 2009
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1 comentario:
despacho de pan
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