así, ahora,
mientras bebo,
con los huesos en punta
y las consonantes vencidas,
agarrotada la noche
a la misma hora
en que te arrimas a un cuerpo,
se repliega el bosque en un solo árbol
en el arcén aquel
del que me quise inmune,
extraviada la frontera
que un día
conformó
una minúscula uña.
Granada, 2008
jueves, 22 de abril de 2010
el bosque plegado
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escrituricias
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